La cientista política y el abogado constitucionalista coincidieron en la «gravedad profunda», de forma y fondo, de los comunicados coordinados de las Fuerzas Armadas para cuestionar los contenidos de un programa de televisión, porque se salieron totalmente de su ámbito profesional y atentaron contra el «derecho prevalente», que es el de la libertad de expresión. Garrido puso el acento en que La Moneda, en vez de llamarlas al orden, apoyó esa acción: «Aquí hay que ser tajantes, las FF.AA. no son un actor en democracia como lo plantea el Gobierno, son una institución estatal que, por tener el monopolio de la fuerza, no puede emitir opinión y, menos, directamente como lo hacen (…). No hay justificación para lo que hicieron». Jordán, en tanto, recalcó que existe un «problema de diseño institucional que no es menor, el Presidente de la República no es el superior jerárquico de las FF.AA. (…), solo tiene la jefatura en caso de guerra. Hay un vacío». Por lo mismo, precisó que en la nueva Constitución será necesario definir qué Fuerzas Armadas tendremos plasmadas en dicho texto, bajo la idea de una seguridad democrática, sometidas al mando del poder civil y con un nuevo diseño de los Estados de Excepción.
